viernes, 7 de abril de 2017

Visitas de Escuelas: "El Lorax" y al conciencia ambiental

El pasado viernes nos visitaron las cuatro divisiones de tercer grado de ambos turnos de la Escuela General San Martín, que con sus docentes están trabajando proyectos de educación ambiental.

La actividad consistió en charlar sobre la importancia de la Ecología y la necesidad de encontrar nuevas formas de organizarnos más amigables con la naturaleza. A través del libro infantil del autor estadounidense  Dr. Seuss (1979) y la película inspirada en el mismo, "El Lorax" (2012), las y los niños intercambiaron sus miradas acerca de la situación actual del planeta, de la contaminación que producimos y la importancia de los árboles. Luego de la proyección en nuestro cine, armaron árboles en grupo como si fuesen rompecabezas, con mensajes positivos que surgieron del debate del film, y pegaron los árboles de papel en las paredes del pasillo de la Biblio.

Desde ya, recomendamos a los y las docentes esta película para trabajar en el aula.





Texto: El Lorax y la educación...

Desde la primera canción en la que se nos presenta la ciudad nos damos cuenta que
hay algo diferente. Un mundo feliz sin árboles de verdad, donde las personas aceptan que
no quieren saber dónde va su basura, donde los niños brillan al entrar en contacto con el
agua; una ciudad satisfecha que no quiere cambiar:
En la ciudad hay una especie de alcalde que es el malo de la película. Lo curioso es
que también es el fundador de una empresa enorme que fabrica cualquier cosa en la
ciudad. Ese señor va acompañado de dos guardaespaldas enormes que tienen acceso a
todas las cámaras de la ciudad, incluso a aquellas que se encuentran dentro de las casas de
las personas. Peor que ese control es el que ejercen sobre las fronteras de la ciudad:
aunque no hay una prohibición explícita de abandonar la ciudad, nadie sale nunca y es casi
imposible hacerlo. Los ciudadanos, en su alienación, llegan a creer que éste es un mundo
perfecto, cómodo, moderno e higiénico. Sus habitantes, ven la contaminación como algo
normal y su máxima aspiración es la de adquirir el nuevo invento que el  Sr Alisios O’Hare
les ofrezca para perpetuar el círculo vicioso consumo-contaminación.
Además el personaje ejerce su poder sabiendo que lo que vende es idiota y
perjudicial. Su producto principal son bidones de oxígeno ya que el aire es tóxico; aunque
en realidad en la ciudad se puede comprar de todo de plástico: incluso árboles que utilizan
96 pilas. En una escena de la película unos comerciales le presentan una nueva propaganda
sobre botellas llenas de aire, con un vídeo que recuerda a la mitad de la publicidad de
bebidas. La escena se cierra con la reflexión de que la nueva fábrica botellas empeorará
todavía más el aire de la ciudad, lo que hará vender todavía más su producto estrella: aire
artificial.
La búsqueda de los árboles (o trúfulas) perdidos se opone por lo tanto a los
beneficios de la compañía. Como señala el malo: "Me gano la vida vendiendo aire fresco a la
gente. ¿Arboles? Ellos lo hacen de forma gratuita. Así que cuando oigo a la gente hablar de
ellos, creo que es una especie de amenaza para mi negocio."

Una de las sorpresas de la película es la de un joven soñador que busca romper las
expectativas de su entorno. Esa sería la descripción del 95% de los protagonistas de
películas para niños. En la mayoría de las ocasiones la película terminaría cuando demuestra
que se puede luchar con el sistema establecido, se convierte en el héroe y consigue a la
chica. Lo sorprendente de este personaje es la evolución que sufre después de haber
triunfado. Su familia le exige que la empresa crezca más rápido: ahora tiene un negocio y
tiene que mantener su familia. Bajo estas exigencias comienza a traspasar líneas éticas,
económicas y ecológicas que terminan por arruinar el medio ambiente.
Presenta el grave problema ambiental que causa la descontrolada poda de árboles y
el mal uso y contaminación de las aguas y suelos. The Lorax, es una historia larga, la cual
con mucho colorido y dibujos clásicos de Dr. Seuss, mantiene al niño inmerso en el cuento.
A través de sus páginas va contando cómo las corporaciones talan árboles, contaminan las
aguas y suelos solo para el lucro económico a nivel corporativo. Con un lenguaje sencillo
The Lorax presenta una crítica social sobre cómo va a ser nuestra vida si continuamos
malgastando los recursos naturales que nos quedan.
De esta manera el protagonista recapacita con una canción ("¿Cuán malo puedo
ser?") sobre si lo que está haciendo está mal, o si simplemente está siguiendo las leyes del
mercado, utilizando sus oportunidades; si se puede considerar maldad si dona parte de sus
ingresos a la caridad, si está haciendo crecer la economía y hace felices a los clientes.
Además la publicidad blanquea su imagen y sus abogados le defienden legalmente.
Esta canción es el elemento más sorprendente de la película, ya que plantea la
maldad en uno de los protagonistas aunque esté siguiendo la lógica social y de mercado.
Pocas personas se atreven a cuestionar de una manera tan personal, sabiendo las
circunstancias del personaje, la ética de su trabajo y buscar el punto en el que comienza la
maldad.
La cinta resalta y promueve la importancia de valorar, mantener y cuidar la
naturaleza, porque es la casa de todos y es de donde brotan los recursos que sostienen la
vida. Por otro lado, incursiona en el ámbito de cintas que abordan el tema de formas de vida artificiales como un recurso para evadir una realidad difícil, así como la manipulación
por parte de gente poderosa y sin escrúpulos que manejan el mundo a su antojo jugando
con el destino de las personas.

(Fuente: página web CineParaEducar
https://cineparaeducar.files.wordpress.com/2013/08/actividades-lorax.pdf )




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